Gastronomía

Con motivo de las fiestas de agosto en honor de Nuestro Señor de la Vida se lleva a cabo en Bélmez de la Moraleda un concurso de elaboración de migas, en el que participan mayoritariamente hombres, y que nos pone de manifiesto el arraigo que tienen entre los belmoralenses como plato tradicional. Migas que acompañadas de sus inseparables engañifas, como chorizos, bacalao, aceitunas, rabanillos y todo cuanto cabía en el hato, se hacían a pie de olivo en tiempos de la recolección de la aceituna. Con el mismo ánimo de que no se pierdan las costumbres culinarias, y dentro de las mismas fiestas en honor del Señor de la Vida, se celebra en estos últimos años un concurso gastronómico de platos tradicionales de la zona.

Con el resto de los pueblos de la comarca, y con otros muchos lugares de la provincia, comparte la cocina de Bélmez el popular guiso de los “andrajos con liebre”, que por aquí también suelen hacerse con boquerones, aunque el delicioso plato estrella de los fogones de esta tierra es el “choto al ajillo”. Es costumbre que para el primer domingo de mayo se haga una romería en honor del Señor de la Vida hasta la vecina Bélmez, y las familias en ese día se llevan al campo chotos enteros que suelen ser preparados a la parrilla. Entre los platos de carne tampoco debemos olvidar el cordero a la caldereta o simplemente a la brasa, el arroz con conejo, preferiblemente de campo, o las judías con perdiz.

Propias de Semana Santa son las flores, también llamadas hojuelas, y los potajes de vigilia con garbanzos, bacalao o panecillos.

En Bélmez, si no en plan industrial, sí existe la costumbre de que muchas familias tengan sus viñas, de las que obtienen su propio vino, entre cincuenta y cien litros, para el consumo propio de un caldo vinícola que en esta tierra es conocido como “vino mosto”.


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